LA LITERATURA REALISTA- COSTUMBRISTA EN LATINOAMÉRICA
Realismo-Naturalismo y Costumbrismo
LA LITERATURA REALISTA EN LATINOAMÉRICA
La literatura realista latinoamericana tiene influencia de las literaturas francesas, inglesa, alemana y española. Es en este momento en el que la prosa adquiere un papel prioritario como género literario.
La literatura realista se caracteriza por:
· Mantener rasgos románticos.
· Un sentimiento amoroso más sereno y menos exaltado.
· La tendencia al individualismo social.
· La presencia de una naturaleza viva y muy vinculada al ser humano.
• LA Poesía REALISTA
No presenta particular interés. Existen composiciones de poesía realista realizadas por autores románticos, cansados ya del espíritu romántico. La obra más representativa es la del ecuatoriano Numa Pompilio Llana.
• LA PROSA REALISTA
El realismo es un-momento importante para el desarrollo de la novela.
Son numerosos los autores realistas destacables. Se ofrece una selección representativa de algunos autores y algunas obras por países:
• En Argentina coexiste un importante grupo de escritores entre los que sobresale Lucio Vicente Mansilla; una de sus obras de intención política Una excursión a los Indios ranqueles impone una visión realista de los indios que no había sido frecuente en la literatura anterior.
• En Bolivia, Nataniel Aguirre, con su obra Juan de la Rosa, en la que un niño cuenta la lucha por la independencia de Cochabamba.
• En Colombia, Tomás Carrasquilla tiene una gran cantidad de novelas sobre la defensa de la tradición y el campo frente al liberalismo de las ciudades. Entre ellas, Frutos de mi tierra y La Marquesa de Yolombó.
• En Chile, Alberto Blest Gana, es un buen escritor realista con una primera etapa romántica, En Martín Rivas, tiene intención social de denuncia, y en Durante la Reconquista, trata temas históricos.
• En Ecuador, Luis A, Martínez, propone mejorar la cultura y la educación para remediar algunos males de su país. Su obra, A la costa.
• En México, José López Portillo tiene una gran influencia de los escritores realistas españoles. En el prólogo de su obra La parcela expresa su voluntad de permanecer fiel a las normas de la «rica habla castellana»,
• En Uruguay, Eduardo Acevedo Díaz, cultiva un realismo de planteamientos sociales en la obra Soledad, con un argumento basado en una simbólica historia de amor entre un uruguayo y su tierra, la pampa.
• En Perú, Clorinda Matto de Turner, denuncia la situación social del indio mezclando romanticismo y realismo en Aves sin nido. La solución que propone es la aplicación del auténtico cristianismo.
• EL TEATRO REALISTA
Se ha dicho que hasta el siglo XX el realismo no entra totalmente en el teatro latinoamericano.
Aunque esto tiene algo de cierto encontramos dos autores que merecen ser, al menos, mencionados:
• Gregorio Laferrere. Sus comedias son costumbristas y tienen un tono amable y divertido.
• Florencio Sánchez. Con obras sencillas y personajes muy humanos, que indican una gran preocupación por los derechos humanos.
EL NATURALlSMO EN LATINOAMÉRICA
Como en España, el naturalismo latinoamericano ha sido considerado una derivación del realismo motivada por la aparición de las teorías deterministas y cientistas.
El naturalismo aparece, de una forma práctica, en textos en prosa en los que se ve la realidad de una forma
descarnada, observando con detalle los aspectos más bajos de la sociedad. Son frecuentes las acciones desarrolladas en ambientes de pobreza y marginación.
Por tanto, es una literatura pesimista que no busca la belleza, sino que insiste
en la fealdad, la tristeza y el desencanto.
La nómina de autores naturalistas en Latinoamérica es grande: Carlos Loveria Chirino, Manuel Zeno Gandía, Eugenio Cambaceres, Manuel Bedoya, Edwar Bello, Federico Gamboa
Teoría literaria
Costumbrismo y Realismo
El Costumbrismo latinoamericano
Aparece como una vertiente del Romanticismo, y suele hablarse del "género" costumbrista
porque lo identifican con una de sus manifestaciones, el "cuadro de costumbres;' . .E1 Costumbrismo latinoamericano viene de los grandes narradores españoles, franceses y rusos,
y en América, de los cronistas de Indias y de sus viajeros.
El Costumbrismo se manifiesta en periódicos y revistas en los famosos artículos de costumbres (de acentuado tono sociográfico y sociológico), en el teatro de costumbres (dramas y comedias), el cuento (cercano al cuadro de costumbres), la novela, y las formas líri-
cas (coplas, décimas, romances). El periodismo estuvo, pues, en las raíces del desarrollo mayor del Costumbrismo.
El Costumbrismo rindió culto a lo nacional (la Patria), como una presencia que había que.
consolidar. A mediados del siglo XIX, muchos países latinoamericanos comienzan a organizarse luego de las crudas guerras internas. El Costumbrismo rindió cuentas de esos períodos. En cierta forma, trasladó las luchas de las armas a las del papel. Le interesaba discutir la constitución de las nacionalidades, conservar sus herencias españolas y retratarse como entidades establecidas. En el fondo, cuando cada escritor describía o contaba las peripecias de un "tipo" determinado, estaba buscando las coordenadas de algo que se llamaría "identidad cultural nacional". Un gran trasfondo conservador -de resonancias españolas- iría de por medio.
Características del Costumbrismo
· Busca una identidad cultural nacional.
· Prefiere como técnica narrativa la descripción.
· Su espíritu es conservador.
· La ironía y el humor son sus mejores aliados (observaciones picantes).
· Su lenguaje literario une los regionalismos con el categórico castellano de Castilla.
· La finalidad es el muestreo vivo de la conducta social (la costumbre).
Maestros del Costumbrismo latinoamericano
Eugenio Díaz (Colombia, 1803 - 1865)
Nació en la población de Soacha, cerca de Bogotá. Fue autodidacta. Ayudado por Vergara
y Vergara y por Jorge Isaacs, en el grupo El Mosaico, dio a conocer los primeros capítulos
de su principal novela, Manuela. Escrita en 1856, Manuela fue publicada después de su
muerte, en 1866, como el segundo tomo del Museo de cuadros de costumbres. La obra retrata las conductas sociales de los habitantes del altiplano, personajes contradictorios
como el cura, los terratenientes conservadores, los políticos radicales, los tinterillos y leguleyos de su tiempo, todos pasan por esta novela. Otras obras: Los aguinaldos en Chapinero, Bruna la carbonera.
Ricardo Palma (Perú, 1833 - 1919)
Hijo de padre mestizo y madre zamba. Este narrador peruano recreó la historia en cuentos. Su estilo está más cerca a la comedia que a la tragedia patológica. Sus historias encierran un escepticismo y una ironía capaces de meterse en la realidad nacional. Recogió todas las leyendas, refranes, dichos, crónicas, testamentos, documentos, supersticiones, relatos de viajeros, para construir Las tradiciones peruanas. El resultado fue "la tradición", un género que se vislumbra en El carnero, de Rodríguez Freile. Con Ricardo Palma la ficción se
pone al servicio de la historia y la complementa. Obras: La bohemia de mi tiempo, Papeletas lexicográficas.
José Joaquín Vallejo (Chile, 1811 - 1858)
Conocido por el seudónimo “Jotabeche” Nació en Vallenar (Chile) en una familia pobre. Estudio su secundaria y casi llego a terminar leyes. En Santiago, aliado de Andrés Bello participo del; gran debate sobre lenguaje popular, el castellano y el Costumbrismo. Sus cuadros están llenos de humor, gracia y finura. Su principal obra fue reunida en la Colección de los articulos de Jotabeche. .
José Manuel Marroquín (Colombia, 1827 -1908)
Escritor bogotano, cofundador de El Mosaico y de la Academia Colombiana de la Lengua;
vivió en el campo, muy cerca de Bogotá... Alcanzo la presidencia de la República en 1900. Su obra principal es la novela costumbrista, con fines socio-rnoralistas, El moro, historia de un caballo. Su argumento reproduce los cambios de estado del caballo y el hombre: comprado, robado, prestado hasta quedar tuerto y enfermo.
El Realismo
Como el término lo indica, el Realismo tiene por objetivo la presentación del mundo, tal
como lo perciben nuestros sentidos. Por lo tanto, el arte de la escuela realista, en cualquiera
de sus manifestaciones (pintura, literatura, música, escultura, etc.), persigue la imitación y
copia directa de la realidad. Desde este punto de vista, el Realismo no supone nada nuevo,
pues no es más que la profundización de uno de los objetivos del Romanticismo: el re-
chazo de las especulaciones idealistas y la preferencia por la realidad objetiva.
Por su parte, el Naturalismo debe considerarse como un desvío de un sector del Realismo,
verificado hacia fines del siglo XIX. Esta particular visión estética refleja la enorme repercusión que tuvieron los numerosos descubrimientos científicos y los métodos experimentales en los hombres dedicados al arte. Primero, un grupo de escritores europeos y, luego, otros americanos intentaron ensayar los mismos métodos experimentales de la ciencia, en el campo literario, en particular en el de la novela.
Características del Realismo literario
Tendencia marcada hacia la objetividad.
Preferencia por los temas socio-económicos.
Preferencia por el sicologismo de los personajes.
Estila literario sobrio.
Propósito pedagógico.
Tendencia al género narrativo (novela).
Precisión y exactitud en las descripciones.
El Realismo en Latinoamérica
El Realismo latinoamericano es una reacción contra el Modernismo (pomposo y ego
céntrico) y contra el intimismo romántico. Se le denomina "Realismo social" y en algunos casos se vincula con el regionalismo y criollismo. Incluye las llamadas novelas "de la tierra", de la selva", "de la Revolución mexicana", e "indigenista".
Ganadas las guerras civiles, fundadas las primeras capitales nacionales, ajustados los límites internacionales, definidas las nacionalidades, las luchas pasaron a otro estadio: al de las relaciones entre los detentadores del poder y del capital y las masas campesinas (indios, cholos, lIaneros, gauchos), los obreros, los empleados o sin oficio. En Latinoamérica, después de la Primera Guerra Mundial, y la organización de las asociaciones obreras impulsadas por la Revolución Rusa (1917), surgen movimientos propios: la separación de la Iglesia el Estado, los golpes militares, las constituciones radicales, las legislaciones petroleras, etc.
En este marco histórico-social surge el Realismo latinoamericano, a través de autores europeos como: Gustave Flaubert y Honorato de Balzac, los rusos León Tolstoi y Nicolás Gogol, y narradores españoles como Pedro Antonio Alarcón, José María de Pereda, Juan Valera y Benito Pérez Galdós.
Movimientos de la novela realista
1. La novela de la Revolución mexicana
La revolución mexicana fue la forma superior de las revoluciones intestinas latinoamericanas del siglo pasado y principios de este. Ella es la síntesis de todas, y la que, a pesar de todo, dejó los mejores frutos. Todas las clases sociales, todas las etnias, todas las instituciones civiles, militares y religiosas, todas sus relaciones internas e internacionales, se transformaron en 30 años (1910-1940)
Entre esta confusa revolución no es extraño que nadie se fijara en que, en 1915, un diario
de El Paso (Texas) publicara por entregas una novela, Los de abajo, obra de un médico, Mariano Azuela (1873 - 1952), basada en su experiencia de revolucionario. Los de abajo es una novela fatalista: Demetrio Macías es un campesino a quien la violencia caciquil y militar lo lleva a unirse a la rebelión contra Huerta; al final, vencido, Demetrio vuelve a casa, pero no para quedarse, sino que debe seguir rodando con los de su grupo, ya sin rumbo fijo: los aniquilarán las tropas federales.
La revolución mexicana, iniciada al finalizar la primera década del siglo XX, provocará la aparición de un número ro de obras tan extraordinarias que desborda cualquier posible término de comparación. Es un fenómeno literario torrencial, cuyo inicio arranca en años muy próximos al estallido del gran levantamiento, y aún no se cierra~ según lo certifican las obras de José Revueltas, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, etc. Se documenta la existencia de 300 novelas en 1941, la cifra aumenta ininterrumpidamente. La crítica última llega a considerar a la novela de la Revolución mexicana como punto de arranque de la transformación experimentada por la narrativa hispanoamericana en el siglo XX, tanto por sus novedades técnicas como por sus enfoques temáticos: fondo histórico, compromiso y costumbrismo.
La novela telúrica
Es también llamada Novela de la Tierra, abarca La novela regionalista y La novela de la
selva. El apogeo de este tipo de literatura significa el triunfo del positivismo en el arte. El
positivismo había insistido en interpretar la historia de los pueblos según tres factores: la
raza, el ambiente, y el momento histórico. La narrativa telúrica pone énfasis en el des-
cubrimiento del ambiente natural y geográfico impregnado de misterio y novedad. Lo
real maravilloso yacía latente en este tipo de literatura.
Ya no bastaba el color local del Costumbrismo, la novela telúrica busca lo típicamente latinoamericano: la selva inescrutable, la pampa infinita, el llano destructor. Había cierta huida de la "civilización", representada por las ciudades, hacia el redescubrimiento de la tierra como lugar idealizado. La narrativa telúrica es una literatura de símbolos grandiosos, por eso fue escrita por poetas: José Eustasio Rivera (La vorágine), Horacio Quiroga (pasado amor), Rómulo Gallegos (Canaima), Ricardo Güiraldes (Don Segundo Sombra).
La novela indigenista
La preocupación por la desaparición o aislamiento del indio forma parte de la narrativa
hispanoamericana. El indio "salvaje y huraño" está condenado a desaparecer, sus eventuales rebeldías acaban siendo dominadas sangrienta mente por quienes mandan. La novela indigenista, en contraposición con la novela italianista, se caracteriza por la orientación realista y de protesta sociopolítica. Se fijan estereotipos en cuanto a los personajes: gamonal prepotente, el cura corrupto, la india violada, el indio humillado, la comunidad e lucha contra el sometimiento y la injusticia.
No es casualidad que la narrativa indigenista haya surgido preferiblemente en los países andinos (Bolivia, Perú y Ecuador). Allí se percibía la situación de servidumbre y rebelión que constituyen los temas preferidos por esta literatura de denuncia y compromiso. Los novelistas indigenistas por antonomasia son: el boliviano Alcides Arguedas (Raza de bronce), el peruano (ira Alegría (El Mundo es ancho y ajeno), el ecuatoriano Jorge Icaza (Huasipungo) y el peruano José María Arguedas (Los ríos profundos), el más genuino escritor indigenista de Latinoamérica.
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